Buenas noches distinguido grupo. Me presento: Me dicen el matador y estoy acá para compartir historias de las que se publican en este entretenido espacio. Ingreso desde hace un año largo solo en modo lectura, por mis ocupaciones poco tiempo me queda para aportar como corresponde y solo hasta ahora que la pandemia lo permite (vacaciones obligadas) me permito sacar una licencia de mi descanso para registrarme y proceder con mi primer relato.

He tenido la fortuna de viajar dentro y fuera del país y gracias a ciertos beneficios, me he codeado con diferentes tipos de personas, siempre queriendo sacar lo mejor de cada situación para beneficio mutuo, lo que me ha facilitado el relacionarme con gente desde el mismo momento de conocerles, algo que pude comprobar en la historia que les voy a compartir.

A mediados del año pasado, me encomendaron una labor en la ciudad de Bogotá por espacio de 3 meses, tenía la ventaja de poder viajar semanalmente a Cali donde he vivido toda la vida. Para el puente del mes de agosto, decidí adelantar el viaje para el jueves en la noche con regreso el martes a primera hora, pero por un imprevisto de grandes consecuencias en el tema a mi cargo, debí regresar a Bogotá el viernes a primera hora. Por suerte el tema se resolvió pasado el mediodía y la empresa pudo conseguirme cupo en el vuelo del sábado a primera hora de la mañana. Me ubicaron en el vuelo de las 6:20 am por lo que llegué pasadas las 5:00 am al aeropuerto, y luego de pasar a la sala de espera, me encontré con una “mujer” que llamaba la atención por su voluptuosidad, aunque su vestimenta era sobria y lucia gafas oscuras y una gorra, como queriendo ocultar su identidad, sus marcados atributos no permitían que pasara desapercibida, al menos no para quien narra esta historia.

Una vez fuimos llamados a abordar, la seguí con la mirada notando que en sus facciones y gestos podría haber algo más que una verdadera mujer, y como catador avanzado de chicas trans rápidamente la fui encasillando en esta categoría, guardando la distancia para no levantar sospechas y con la ilusión de tener una oportunidad para poder abordarla. Ya en el avión conté con suerte de que mi silla estaba cercana a la de ella, y para más fortuna, la pude auxiliar para ubicar su equipaje en el compartimento, pues se le dificultaba poder subirla para acomodarla. Me agradeció con una sonrisa sin decir palabra. Hasta ahí todo normal.

Luego del aterrizaje procedimos a esperar el anuncio para bajarnos del avión, y nuevamente le ayudé con su equipaje y obtuve la misma respuesta, aunque esta vez me sostuvo la mirada y así mismo le correspondí. Como yo iba ligero de equipaje, solo un morral para la noche que estuve en este corto viaje, le dije que podía ayudarle a llevar su maleta hasta la salida, a lo que accedió nuevamente con su sonrisa, que para ese momento era más amigable y duradera. Me seguía causando curiosidad que no dijera nada, hasta dude de mis sospechas y llegué a pensar que tuviera algún problema que le permitiera hablar. Cuando íbamos por el pasillo rumbo a la salida, le pregunté si traía equipaje para recoger en la banda y lo negó moviendo su cabeza. Ya acercándonos a la puerta, me pidió parar y me mostró su celular en el que escribió que la disculpara, pero tenía un problema en la garganta que le impedía hablar normalmente y le daba pena que les escucharan su voz tan afectada, seguidamente escribió que me daba las gracias por mi amabilidad y que como iba a entrar al baño le entregara su maleta para que yo siguiera mi camino. Le dije que no había ningún problema con la situación y que podíamos seguir comunicándonos así, aproveché para preguntarle si iba para Cali, si la recogían o se iba en taxi y me escribió que tomaría un taxi, a lo que le salí al corte y le dije que con mucho gusto la podía acercar a su destino ya que yo había ido en mi carro que había dejado en los parqueaderos de larga estadía del aeropuerto. Sin mediar palabra escribió muchas gracias complementado con varios iconos de carita avergonzada, besitos y la manito con el pulgar arriba. No la quise apurar con el tema de su voz, así que nos subimos a la buseta que va hasta los parqueaderos y una vez nos subimos al carro me presenté: Mucho gusto, le dije mi nombre completo, y ella tomó el celular para escribir a lo que le dije: No, ya no más con eso, olvídate de las penas y háblame que no veo nada malo que tengas tu voz afectada. Se rio nerviosamente y me dijo, está bien: Mucho gusto, Sofia Maldonado.

Para la época yo no sabía quién era la afamada chica, y su voz un poco ronca no me sonaba tan masculina como pensaba, así que no le di mente y me dije: A lo que vinimos, voy por ese culo sin importar si tiene algo que cuelgue entre las piernas. La noté un poco tímida al inicio y no lo hice ningún comentario sobre su voz, no quería hacerla sentir incomoda. Le pregunté hacia que parte iba y me dijo que cerca de la 14 de Calima, así que empecé a preguntarle más cosas para entrar en confianza y le ofrecí ir a desayunar, me dijo que no tenía hambre pues había comido algo antes del vuelo, pero me dijo que si yo quería ella me acompañaba. Como mi objetivo era pasar la mayor parte del tiempo para poder abordarla en otro contexto y buscar la forma de acercarme con otras intenciones, me detuve en un parador ubicado al pasar la glorieta del aeropuerto y nos bajamos. 
No había muchas opciones para mi gusto así que solo pedí algo suave para llevar y volvimos al auto. Fue entonces cuando me dijo que si quería comer en el carro ella no tenía problema en esperar y así lo hice. Para ese momento ya lucía un poco más abierta y empezó a preguntarme sobre mí, que hacía, donde vivía, porque el viaje a Bogotá… En fin, le contesté amablemente a toda para hacerla sentir cómoda. Casi no me daba tiempo para devolverle las preguntas por lo que entendí que quizá no estaba muy dispuesta a entrar en detalles de su vida, y realmente eso no me preocupaba. Cuando terminé de comer le pregunté:

Yo ¿Nos vamos?
Ella: ¿Para donde? 
Yo: Para donde quieras 
Ella: No se, tu estás manejando, depende de ti…
Yo: Si tu lo permites, te llevo a tu casa, pero me gustaría poder compartir mas contigo
Ella: Compartir que?
Yo: Momentos que incluyan más que esta conversación
Ella: Que propones?
Yo: Si te dejas llevar, vamos a un lugar reservado y comodo y allá te darás cuenta
Ella: Me suena, me gusta la idea
Yo: Listo, me gusta que estemos conectados
Ella: Te gustan las sorpresas?
Yo: Por supuesto, me vas a sorprender?
Ella: Yo soy una sorpresa, no lo notas?
Yo: Se ve que eres alguien sorprendente, pero aún no se cual es
Ella: Ya lo veras, si te interesa
Yo: Por supuesto
Ella: Espero que no te arrepientas…

Me acerqué para besarla y ahí empezó la acción, su lengua no dio espera y empezó a meterla dentro de mi boca, yo le agarré la cabeza para besarla con más fuerza y luego bajé mis manos para agarrar sus enormes tetas, ella me correspondió con sus manos en mi paquete que ya se estaba poniendo duro y quise hacer lo mismo, pero entonces me detuvo y me dijo: Vamos pues que esto se puso caliente y nos pueden ver.

Busqué la forma de devolverme para tomar la entrada por Yumbo y llegar cuanto antes a los moteles de la zona, le metí el acelerador a fondo porque ese cuerpazo me pedía a gritos y ella se encargaba de calentarme más masajeando mi pene que estaba a punto de estallar y duro como panela. Llegamos a Sabores, sitio cómodo y discreto y pedí la presidencial. Entramos y aun sin bajarnos del carro la temperatura se puso aún más caliente porque se me subió encima y me puso esas tetas en la cara. Yo no lo podía creer. Me parecía mentira que con el mínimo esfuerza tuviera tremenda hembrota a punto de coronarla. Una vez mas intenté mandar mi mano a su entrepierna pero con risa picarona se alejó y se bajó del carro para ingresar a la habitación. 

Esta historia continuará....

Excelente amigo, aqui esperaremos su Segunda parte de esta historia.

Buenísima, dale contá la segunda parte hermano

Excelente aporte, quedamos pendientes de la continuación.

Bueno pero para cuando la continuación?

Bueno mi gente, lo prometido: Segundo capítulo de esta enttrega:

En mis viajes suelo cargar provisiones de preservativos y lubricante porque me gusta catar a donde quiera que voy, y por suerte en mi maleta de aseo personal tenía buenas provisiones. Bajé del carro y cuando ingresé a la habitación vi que mi nueva conquista estaba organizando su chaqueta y accesorios, me le acerqué por detrás y la abracé para besarle el cuello y apretarle las tetas, ella se dejó y empezó a gemir mientras sobaba su culo contra me verga. Se volteó y me dio besos apasionados mientras me agarraba fuerte y yo hacía lo mismo. Luego de ese preámbulo me dijo que iba al baño y que la esperara juicioso. No quise perder el tiempo así que me quité la ropa y me cubrí con una de las toallas y me acosté para esperarla mientras salía del baño. No tardó mucho y salió con menos ropa de la que había entrado: Un top a punto de estallar y unos cacheteros que apenas cubrían la mitad de sus nalgas. Se metió en la cama y se me acercó para besarnos apasionadamente. Yo estaba muy duro y mientras nos besábamos empezó a tocarme la verga que ya destilaba líquido. Empezó a movérmela debajo de la toalla y no duró mucho cubierta, rápidamente la quito y se quedó observándola sin parar de tocarme. De pronto se alejó de mi boca y empezó a bajar. Untó sus dedos de mi líquido y se los metió a la boca, yo estaba a punto de estallar y esa pausa me sirvió para retomar el control, pero fue corta, porque después de un par de chupadas de sus dedos mojados empezó a tocar la punta de mi verga con su lengua. Eran pequeños lengüetazos, pero me hacían sentir corrientazos de placer. Así estuvo unos cuantos segundos cuando introdujo la cabeza en la boca y empezó a saborearla sin meter mucho más. Alternaba con golpeteos que me daba con su lengua y de a poco fue metiéndose cada vez más y más centímetros. Yo la miraba, pero ella concentrada en su labor con sus ojos cerrados. Estuvo un rato dándole suavemente y empezó o tocarme las guevas. Llevaba varios días sin sexo y mi cuerpo estaba sintiendo esta sequía, parecía que no iba a aguantar mucho, pero la vieja sabe llevar los tiempos y de nuevo subió a besarme. No hablaba, solo sonreía, y con su mirada lo decía todo. Parecía que leía lo que yo pensaba. Lo bueno apenas estaba empezando.

Luego de besarnos un buen rato, se paró y quedó de rodillas sobre la cama, entonces se quitó el top para dejarme extasiado con sus enromes tetas y pezones oscuros, me acerqué de inmediato para perderme en ellas, me apretó fuertemente y se las besé alternando entre una y otra, luego probé sus pezones y sus gemidos me pusieron a full otra vez. En eso estuvimos un buen rato hasta que me empujó y caí recostado. Cambió su posición y quedó boca abajo. Para ese momento solo la cubrían los cacheteros, pero no había indicios de aquello que ya me imaginaba, así que me acerqué a ella por detrás y empecé a recorrer su espalda con mi boca, ella gemía y me excitaba mucho más, en ese momento me dijo “más arriba” y yo subí para besar su cuello y meter mi lengua en sus orejas. Ella se empezó a retorcer y levantó su culo. No pude aguantar más para salir de dudas y bajé de nuevo por su espalda hasta llegar al final, mordí el borde de sus cacheteros intentado bajarlos con mi boca, pero no pude hacerlo, entonces comencé a bajarlos con mis manos y ahí se volteó y me miró fijamente mordiendo sus labios y me dijo:

Ella: ¿Preparado?
Yo: Desde qué te vi en Bogotá
Ella: Jajajajaja, no creo para lo que vas a ver
Yo: Me imagino de que se trata
Ella: ¿Seguro? Lo dudo…
Yo: Por supuesto, por eso estamos acá
Ella: No todo es como parece
Yo: No espero nada diferente a lo que me vas a dar
Ella: ¿Listo para la sorpresa?
Yo: Listo y ansioso
Ella: Ok, estás avisado
Yo: No necesito avisos, me gustan las sorpresas

Se paró, tomó la otra toalla y se fue al baño, cerró la puerta y volvió a los pocos segundos envuelta en la toalla. Se acostó en la cama y se fue quitando la toalla, pero dejó cubierta esa zona. Me dijo que me acercara y la besara. Obedecí. Nos besamos profundamente y empecé a correr la toalla, por fin desnuda exclamo:

Ella: ¿Lo esperabas?
Yo: Si, lo presentí desde que te vi
Ella: O sea que no eres nuevo en este tipo de encuentros
Yo: Soy nuevo contigo y es lo que importa ahora
Ella: Bueno, ya que lo sabes todo…
Yo: Lo sé y me gusta saber que era lo que imaginaba
Ella: Que pensabas
Yo: Que quería estar aquí contigo
Ella: ¿Tan rápido?
Yo: Lo que importa es que se dieron las cosas
Ella: ¿Muy puta?
Yo: Muy hembra, así es como me gustas

Se abalanzó sobre mí y de nuevo a besarnos, su pene aun flácido colgaba y sentía como se confundía con sus guevas que también caían al vaivén de sus movimientos. Luego fui yo quien tomó el control de la situación y la volteé para poder observar su culo gigante, así que ella entendió el mensaje y se puso en 4 para dejarme de frente a sus infernales nalgas que empezaron a moverse como si tuvieran voluntad propia. No duré mucho observando, las ganas me devoraban y me acerqué para tantear el terreno: Lucia Impecable y tenía un aroma bastante agradable, lo que me facilitó las cosas y sin pensarlo más me abalancé para deleitarme con su agujero que saboreé dulcemente antes de empezar una faena de beso negro que la hizo retorcer de placer. Se ayudaba con sus manos para separar sus nalgas y yo la taladraba sin pausa con mi lengua que quería meterse hasta lo más profundo de sus esfínteres. Estuve mucho rato sin parar, de un momento a otro sus manos dejaron de separar sus nalgas y empezó a tocar su pene aún flácido buscando ponerlo en pie de guerra. Como buen caballero quise ayudarla y sin parar de saborear su culo empecé a tocarle las guevas y su verga que ya empezaba a mostrar señales de respuesta. Al poco tiempo estábamos los dos con full erecciones, así que ella se volteó y me pidió que me acostara para tirarse encima mío y empezar a frotar su verga contra la mía. En esa escena pude ver su cara de excitación que  parecía descontrolada y cada vez lo frotaba más fuerte, me preguntó que si habría problema si se venía así y le dije que el problema sería si paraba, sonrió e incrementó la velocidad, parecía poseída y no paraba de moverse hasta que empezó a gemir y luego a gritar para terminar con un chorro de líquido que cayó todo sobre mi abdomen inundando mi ombligo y llegando casi a la altura de mis pectorales. Fue una buena descarga para ella, que alcanzó a mojar mi miembro. De inmediato se lanzó sobre la zona afectada y pasó su lengua para absorber hasta la última gota. La escena no estaba en mis planes, y su lengua recorría cada centímetro mientras me miraba fijamente sin despegar sus ojos de los míos. No había pasado más de media hora y ya se había quemado el primer cartucho de una forma que no me había imaginado.

Al terminar la escena se acercó para besarme y se encendieron todas mis alarmas. Usualmente cuando eyaculo en alguna boca trato de no besar a la receptora porque el olor y sabor del semen me parecen demasiado fuertes, parece que mi expresión me delató porque ella se detuvo y soltó una risa como diciéndome: Tranquilo, no te voy a dar a probar mi semen. Se paró de la cama y de nuevo al baño, al parecer para enjuagar su boca luego del cocktail que había bebido de sus propios fluidos.

Volvió y sacó pañitos húmedos para limpiarme completamente. De nuevo me besó y se montó sobre mi rozando mi verga con su culo. Empezó a moverse con mayor velocidad y mi verga dura parecía querer entrar sin protección en su agujero. Estaba tan llevado de la situación que, si ella hubiera querido que así fuera, a lo mejor yo lo hubiera permitido. Entonces se volteó y de nuevo se puso en cuatro, esta vez me dijo que quería sentir mi verga en medio de sus nalgas y que me moviera como si la estuviera penetrando. No había terminado de hablar y yo ya estaba apuntando con mi fierro hacía su agujero. La puse en medio de sus inmensas nalgas y empecé a moverme como si la estuviera clavando. Fue una sensación extraña porque no la tenía adentro, pero me excitaba la situación, y al parecer ella lo disfrutaba bastante pues me decía que no parara y que me moviera más rápido, mi verga empezó a lubricar bastante y en medio de tanta arrechera pare para poner la punta sobre su agujero.

Ella: ¿Me la vas a meter?
Yo: Me muero de ganas
Ella: Me encanta como te mueves
Yo: Tú me excitas y me motivas
Ella: Sigue, no pares
Yo: ¿Sigo como veníamos? ¿O te penetro?
Ella: Lo que quieras, pero no pares
Yo: No aguanto más por fuera
Ella: Yo tampoco, cómeme
Yo: Ya mismo
Ella: ¿Te ayudo a ponértelo?
Yo: Si, me encantaría

Rápidamente tomó el que estaba en la mesa y lo destapó para ponérselo en la boca. Se acercó a mi verga y me lo puso como toda una profesional. Cuando pensé que volvería ponerse en cuatro se paró de la cama y me tomó de la mano para llevarme hasta la silla del amor, o silla kamasutra. Me dijo que me sentara y luego lo hizo ella, así, sin lubricante, solo pasó sus dedos salivados un par de veces y empezó a introducirse mi verga lentamente, en pocos segundos la tenía adentro sin una sola muestra de dolor, sin detenerse, sin que hubiese tenido alguna dificultad para hacerlo.

Lo bueno, estaba por empezar…

buena matador muyy  buena, continua, queremos mas y por supuesto que muy agradecidos!!!

Buen relato es muy excitante mientras se va leyendo

No lo sé Rick, 

me suena a autopromoción.

Noo autopromoción no es, la forma en que matador escribe y redacta es muy diferente a la de la chica en cuestión ya que la tengo agregada al Instagram