Hola, claro que sí, yo me enamore de Michell Rendon, la verdad siempre que estuve con ella, me entraba unas ganas de proponerle que saliéramos, sin embargo, le fui perdiendo el contacto y nunca me daba chance para ir mas allá al final solo quedo en una fantasía.

(16-04-2021, 11:20 PM)ares1975. escribió: Estimad@s muy buenas tardes.

Arcoiris y Paulett, mil y mil gracias por alimentar el foro.  Sus participaciones las he disfrutado mucho, ya que son sinceras, sin agresión y muy interesantes para leer.  A Paulett ya la conozco y veo que ha cambiado para bien, admiro eso. A arcoiris, no se si la conozco, pero se ha ganado mi admiración. 

Tener sexo con una mujer trans se vuelve una obsesión.  Concuerdo que puede ser más placentero que estar con una mujer biológica.  Es tal vez es la razón por la cual las buscamos.  

Creo que es el momento de desnudar un poco el alma:  tengo 45 años y he estado en dos ciclos grandes o periodos de conocer trans.   El último,  donde muchos me conocen como Ares, duro aproximadamente 15 años y terminó hace un poco más de 1.5 años, ultima vez que estuve con una mujer trans.  El primero,  casi no lo cuento, pero es hora. 

Conocí a mi primera mujer trans teniendo 18 años. Era estilista en un barrio de Medellín y tenía un negocio muy bien montado.   Siempre iba a ese lugar, así me tocará caminar 10 cuadras.  Fue un amor idílico de mi parte, ya que siempre he sufrido inseguridad por mi figura y a esa edad mucho más: obeso, nerd y pobre.   Era la época violenta de la ciudad y el dinero sobraba en las calles.  Ella (no voy a decir su nombre por respeto) era muy cotizada por su belleza y muchos "pillos" estuvieron entre sus sábanas.  Una vez le declaré mi amor y salí humillado de ese lugar por el rechazo y las burlas de quienes estaban en ese lugar. Además de haberle declarado mi amor a un "hombre" (entiendan que era joven) y sumado a la frustración de dudar de mi sexualidad fue un momento  complejo, además tengo un antecedente de depresión,  por lo cual no fue fácil.    Para rematar, le conté a mi madre, quien me entendió y "acepto mis inclinaciones" y "oró mucho para que me recomponiera" .  Reitero, no fue fácil para mí.  Me encerré en mis estudios, los cuales saque adelante. 

Una vez graduado, agarre el mundo  con las manos, ya que recién graduado tenía un trabajo muy bien pago, con poder, lejos de casa.  Como consecuencia me metí al alcohol y a la vida de gustos. 

Era el año 1999 y me encontraba en Uraba de rumba en rumba y de mujer en mujer.  Por el dinero y la imagen de poder, ya no importaba si era el gordo y así, las mujeres se me daban a cantidades.   No me importaban y estoy seguro que yo a ellas tampoco. 

Estando en Uraba, conocí a una niña trans (ubiquense lo difícil que pudiera ser esa época, en una sociedad machista , de dinero y mujeres faciles: una chica trans la tenía muy difícil, ya que era "distinta" y es más fácil  expulsar, rechazar  y denigrar de lo distinto).   En mis borracheras,  ella fue un objeto de mi deseo y no en pocas veces, mientras se mantuviera escondida la relación, todo estaba bien. No me interesaba que nadie se diera cuenta y la callaba con dinero.

Pero con los meses, me encontré con un gran ser humano, encerrada en un cuerpo equivocado y en una sociedad equivocada. Con sueños y sentimientos,  por lo que le agarré gran aprecio y  puedo decir que cariño. Era el año 2000, empezó a estudiar auxiliar de enfermería, pero la obligaron a volver a su rol masculino. Creo que debió ser muy duro para ella.  Continué ayudándola económicamente aunque ya solo de amigos.  Así tuviese esa figura delicada y un tanto femenina, ya para mí era un hombre y corte cualquier tipo de relación sexual.  

Todo cambio el día en que fue asesinada, no por ningún delito, solo por ser distinta.   Me sentí como un culo al ver que la vida no valía nada para muchos.  Así termino mi primer ciclo.

El segundo ciclo, ya con un poco de madurez,  estaba un tanto frustrado de mi matrimonio: una mujer plástica en una sociedad plástica.  Aprendí a las malas que el dinero no hace feliz a nadie, más cuando hay un tercero haciéndole el favor a mi ex...  en esa frustración volví a la peluquería aquella... muchas cosas habían cambiado: el sector no era tan violento,  ella no era tan joven, yo no era tan obeso, tenía carro... apariencia.  Esa vez se me insinuó fácil y fácil me metí con ella. Tal vez no se acordó de mí y no tenía porque hacerlo. Pero fue tan fácil estar con ella, verla sin ese aire de diva, donde ya había bajado su valoración,  que olvidé mi capricho de juventud y desde ese momento, inicié a pagar por sexo. 

Alcohol y gusto por el sexo: las conocí flacas, gordas, lindas, feas, blancas, negras... por mi trabajo viajaba mucho: conocí Santa Fe varias veces, barbacoas, el centro de Cali,  cerca a la plaza Garibaldi en el DF, Las Vegas...  creo que esos años me ayudaron a hacer parte de la fama que tengo.   Fueron años locos.

Puedo decir que tuve tres amores: todas iniciaron por sexo a cambio de dinero, y me volví cliente frecuente.  Comparti muchas horas con ellas y las conocí como personas. 

1. Con una de ellas salí hasta en en plan de novios: centro comercial, rumba,  paseo a San Andrés, a comer.. hasta le propuse que tuviéramos una relación seria pero con una condición, pero nunca dejó de ser scort y adicta al juego.  Si me hubiese dicho que si ¿ qué hubiese pasado?.   Con ella aprendí lo posesivas que pueden llegar a ser, pero también lo que es una muy buena amante.

2. La otra...Fueron tantas visitas, que ni recuerdo cuántas. Todo acabó con su viaje a Europa, donde aún reside.

3. Con la tercera fue una relación extraña. Igual siempre había pago por sexo y creí que teníamos algo especial, pero ella se retiró del mundo scort,  terminó de estudiar y hoy trabaja en una institución xxx.  Ella cortó todo contacto. Pero fue chévere.  Antes de la pandemia me la encontré de frente. Estoy seguro que me reconoció, la saludé y me ignoró.   No niego que me dolió. 

4. Una adicional: no digo el nombre porque es conocida: solo tengo que decir que es un gran ser humano y mucho. 

He estado sobrio varios años y con la sobriedad, ha bajado mi participación en la vida sexual paga.  Al principio del segundo ciclo,  estuve hasta con psicólogos ya que llegué a dudar de mi sexualidad, pero  aprendí (hace ya mucho rato) que no soy gay, y que me gusta en demasía las mujeres (como género). Es por ello que no tengo reparos de estar con una mujer trans y la trato como a cualquier persona y las reconozco por ello.  

Ya encontré a mi mujer ideal, quien es mi esposa y tengo una hermosa familia en crecimiento.  Pero es posible que vuelva a estar con una mujer trans, ya de manera más selectiva y  calmada...  aún me encantan y he aprendido a conocer y conciliar mis gustos y no me siento mal por ello.

Espero al menos haberlos entretenido.

Un abrazo

Ares

 Qué gusto da leer este tipo de historia de vida! Se nota el conocimiento que deja la experiencia.