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Coqueteando con el cielo y el infierno.
#1
Publicado:
(Última modificación: 28-07-2023, 05:59 AM por Azazel.)

En una tusa larga y con mucha plata a mi disposición, pasé un año entero explorando mi sexualidad con todo tipo de mujeres que conseguía en páginas de escorts y en aplicaciones como Tinder y Bumble. Me la pasaba enrumbado, tuve tríos, y una vez me comì a tres viejas en un mismo dìa (sin pagar un peso) ¡Nada era suficiente!

Habiendo salido con mujeres trans antes pero sin nunca llegar a concretar algo sexual, me adentré en el mundo de las escort transexuales. Mi tusa era menos fuerte, eso si y asisitía a servicios con menos regularidad que antes.

Cabe resaltar, que para el día que les voy a contar, ya había tenido algunos encuentros con sexoservidoras trans.
 
Como un mono adicto a una máquina tragamonedas, me encontraba apostando entre premios y castigos, buscando que mi descarga de dopamina fuese cada vez más grande. El buen sexo es una posibilidad (la victoria) y al otro lado de la balanza la decepción de malgastar dinero y querer salir corriendo al conocer a la dama de compañia con la que había acordado el servicio (esto podía pasar con trans hermosisimas y tiene que ver más con temas de energías que simplemente no son compatibles).

Un viernes, a semanas de haber cambiado de un buen trabajo a otro mejor, simplemente decidí que quería celebrar. No había trabajo pendiente, no había salidas con parceros pendientes, sin pareja, sin citas, sin visitas familiares, sin responsabilidades. Todo el tiempo del mundo para mi solo.

En el mundo de las drogas psicodélicas el tiempo y el espacio juegan un papel muy importante. Llamé a mi dealer muy temprano y, a pesar de que estaba saliendo con un par de chicas cisgénero bien lindas, divertidas y buen partido, empecé a revisar las diferentes páginas de escorts trans. Contacté a algunas para ir tanteando las posibilidades de tener un encuentro entrada la noche. Hubo varias que me llamaron la atención, pero había una que había visto publicar recientemente y que nunca había visto antes. Podía imaginarme teniendo cantidades descomunales de sexo, en todas las posiciones con esta mujer que se veía hermosa y de buen gusto..

A eso de las seis de la tarde, cuadramos el servicio para dentro de una hora. Compré un par de laticas de JP Chenet para tomármelas con ella y partí en Uber escuchando música electrónica a todo volumen en mis audífonos mientras el molly se hacía campo por mi sistema nervioso. 20 minutos antes de llegar, mi cabeza se sentía ligeramente por fuera de sí, había incrementado mi calor corporal y conversaba con el conductor como si lo conociera de toda la vida. 

Llegué a una casa en el norte, donde me había citado con esta diosa que yo me iba a poder saborear paso a paso toda la noche. Me abrió la puerta un individuo cualquiera y me hizo pasar a una habitación en donde me recibiría una mujer que no se parecía en nada a la del anuncio. Los cristales ya estaban haciendo efecto en mi cabeza, y tan vulnerable como estaba, le ofreció la lata que le había llevado a esta persona, pagué y traté de escapar de allì a pesar de que la susodicha me pedía que me bajara los pantalones.

Sin darme cuenta, llegó una marica más alta que yo a la habitación ofreciéndome una mamada de forma intimidante y pidiéndome plata alegando que también la había contactado (lo cuàl no era cierto y la vieja se dió cuenta de ello al buscarme en su celular rapidamente) Acto seguido, me amenazó con una lata cortada. La frustración se veía en mi cara y la miré a los ojos con expresión de clemencia, a lo que ella me dijo: "tan bonito" mientras tocaba, con rabia, un cristal que colgaba de mi cuello y se marchaba picándome el ojo.

Luego, quedé a solas con la ladrona que me recibió, viendo que cargaba conmigo más plata en efectivo (había llevado plata suficiente para pagar más de una hora esperando que la vieja fuera pura candela) quiso raparme la billetera que cayó al suelo y por la que peleamos. La tipa ganó el forcejeo, sacó todos los billetes que yo tenía y empezó a gritar pidiendo auxilio. Salí corriendo de allí totalmente atracado y abrumado por la situación.

Lo más gracioso de todo el asunto, es que había revisado el foro por referencias de esta vieja y no había nada. Luego, por este mismo foro, ví que publicaron las fotos robadas y las fotos reales de las dos viejas que me atracaron. Honestamente, aún recuerdo la impresión que me dieron estas dos mujeres, de tener una inconformidad con la sociedad y con sus cuerpos muy arraigados, egos destruidos, almas en pena. Por fortuna y voluntad propia, no ando cargando las cruces que ellas deben cargar en sus vidas (si es que aún las tienen).

Morì chocando mi caza japonés contra un un buen buque americano, como un buen Kamikaze...

Salí a la avenida más cercana a coger un taxi, con mi billetera y mi celular en mi poder. Llegué a un cajero cercano a mi casa y compré unas polas mientras organizaba mis ideas. Sin embargo, mis cristales solo querían placer y como los cristales estaban al mando, después de esta bella experiencia, contacté a una trans cercana con la que ya había tenido un encuentro, no muy satisfactorio. Fuí en carro y tuve un poquito de problema al encontrar su nueva dirección.

Me recibió muy amablemente y como sabía que ella fumaba, llevé un par de porritos. No recuerdo como estaba vestida.

Pagué dos horas, fumamos, charlamos un rato. Luego, ella me cogió el rostro y empezó a besarme. Esos besos se convirtieron en una deliciosa sesión de sexo oral, babosito y sensual, como me gusta.

Se puso en cuatro y le lamí el culito entero con un halls negro que tenía en la boca, la nena se movia como loca pidiendome más y no pude evitarlo y después de que ella se echara lubricante y yo me pusiera uno de los condones que había llevado, la empecé a penetrar en cuatro.

Hicimos un montón de poses encima de esa cama, (aunque no recuerdo haberla tenido de misionero). La imagen más vivida que tengo era cuando la estaba haciendo mía sentado con las piernas extendidas de par en par mientras ella estaba sentada encima, también con las piernas extendidas. Me encanta como se ven unas buenas tetas paradas desde esa posición. Me la comí en el famoso pollo asado, me la comí de lado y a veces le ponía una pierna estirada hacia el pecho para tener esos momentos tan bellos que se ven en el porno.

Después de hacerlo por unos 40 minutos, (no recuerdo que hubiese misionero) paramos un momento y charlamos. Luego, pasamos al segundo asalto en el que ella empezó poniéndose boca abajo acostada. Me vine a los 5 minutos delicioso (antes de escribir este relato, me masturbé en la ducha pensando en esa cogida).
 
Acto seguido, seguimos hablando un rato, me vestí y me fui en carro para mi casa a tomarme unas polas hasta quedarme dormido. 

Al otro día me levanté a eso de las 12 y me alimenté a punta de domicilios, electrolits y golosinas. Sin embargo, no recuerdo mucho de ese sábado bien por qué no es tan memorable como el día anterior...
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  • Jeniferd Cristal, Mandragora
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