Por curiosidad me dio por volver a leer los hilos de este tema, y quiero compartir que también estuve en una situación similar hace un par de meses.

Ocurrió cuando quedé con varias deudas y decidí usar el carro que tenía en ese momento para trabajar en plataformas; para ser sincero no tenía conocimiento de chicas que se ubicaran sobre la carrera 15 llegando a la 100 (Sentido norte-sur), sino fue hasta que hice un par de servicios tipo 10:40 y 11:20 de la noche. Al cruzar por esta zona un día vi a una chica que tenía un gabán negro y tenía cara muy hermosa, esto inmediatamente despertó en mi el deseo de regresar a los días. 


A la semana siguiente volví a pasar y me estacioné girando la esquina de la 104 con 15, subiendo hacia la carrera 9; ese día me falló la vista y pensé que el “hembrononón” que se subiría iba a ser diferente.

Se subió una San Andresana, quien se presentó como Valentina, flaca con cara masculina y nada de senos; me empecé a sentir nervioso.

Por instinto empecé a manejar despacio y la chica notó inmeditamente mis nervios, me dijo que no me haría nada, que me relajara y que qué quería que hicieramos. Yo empecé con la charla y a dialogar con ella hasta que empezó a tocarme el jean, evidentemente la erección se hizo presente, ella me realizó un oral con preservativo, seguía siempre conduciendo por el barrio Santa Bibiana, no me detuve. 
En un semáforo tuve el momento más álgido, y fue donde eyaculé, la verdad quería que ella ya se bajara. No recuerdo si fueron 50.000 pero fue una cifra cercana, le cancelé y la volví a dejar cerca a donde ella estaba, exactamente en el paradero.

He de aceptar que la saqué super barata, porque con las historias que aquí cuentan ni pensar… 
Es que no sé si soy de los pocos que le gusta ir en el carro y darse una vueltica echando “caldito de ojo” por eso es que frecuento de manera seguida el Santa fé y revisando el casting.

Las chicas de la 100 con 15 han de ser algunas lindas, pero no volveré a caer en la tentación por lo comentado anteriormente, 

Gracias amigos por leer el relato