(Búsqueda Avanzada)
GAY VERSATIL NALGON
#11
Publicado:
(Última modificación: 13-05-2022, 04:00 AM por QuintoPiso.)

     Una de mis experiencias con un femboy sucedió hace unos años, más de cinco; un lunes festivo estaba desparchado y decidí pasar por el Santafé a ver que me encontraba. Era medio día y únicamente se encontraba abierto el bar Shangay, así que entré y pedí una cerveza. En la barra estaba sentada una persona joven, no la pude identificar puesto que el bar se hallaba en penumbra: tenía el pelo muy corto para ser un travesti y muy largo para ser un muchacho. Parece que se dio cuenta que la estaba observando, porque volteo la cabeza y miro hacia mi mesa, tenía unos rasgos delicados, vestía una camiseta ajustada y no tenia senos, solo se le pronunciaban las tetillas. Me olvidé del personaje y me distraje viendo un partido de futbol que transmitían por el televisor. Cuando termine la cerveza me paré para irme, pues el lugar seguía solo, pero antes pase por el orinal que queda al fondo. Cuando estaba en plena micción, escucho una voz delgada que me pregunta ¿Ya te vas? Respondí que sí y me preguntó ¿Por qué?, porque esto esta muy solo, contesté. Cuando me giré para salir, murmura en mi oído: ¿Me invitas a tomar algo? Me quedo detallándolo y sí era bien atractivo, estatura mediana, moreno, delgado, bello rostro, con bluyín y camiseta ceñidos al cuerpo. Rápidamente pensé, no es un travesti, pero esta muy lindo, parece una chica. Tomemos algo en aquella mesa, al fin susurré. El (ella) siguió adelante y me fije en su culo, que belleza: pequeño pero firme, el bluyín parecía que iba a explotar. Pedimos un Smirnoff y una cerveza e iniciamos la charla sobre temas sin importancia.

   
     Luego de un par de tandas, yo dudaba en proponerle que tuviéramos sexo, mi invitada aparte de su apariencia andrógina, era muy joven y eso me cohibía. Parece que ella se dio cuenta de mi confusión, porque de un momento a otro paso de estar frente de mí, a sentarse al lado. Ya entrando en confianza hablábamos y reíamos, hasta que intempestivamente siento su mano acariciándome la verga; yo ya estaba un poco parolo y con su olor tan cerca, la excitación aumento. Nos dimos varios besos, primero piquitos y luego con lengua, muy profundos. Me sugirió que fuésemos a otro sitio, más íntimo; yo dudé, se me prendieron las alarmas, todo estaba saliendo como si estuviera preparado. Sin embargo, le dije que esperáramos un poco mientras acababa mi cerveza. Mientras tanto yo pensaba ¿Qué hago? ¿Cómo me escabullo? Ya sé, le digo que no tengo plata. Al rato le pregunté que cuanto me cobraba, me dijo que en la habitación arreglábamos. Yo dudaba y dudaba, hasta que por fin ¡La arrechera me ganó! Nos paramos, pagué la cuenta, salimos del bar y nos dirigimos hacia las residencias de la calle 20, yendo hacia la Avenida Caracas. En tres de ellas le pidieron la cedula a mi acompañante, ella por supuesto no tenía, me decía que se le había quedado la contraseña, porque solo llevaba un bolsito pequeño, que tenia terciado. En Los Delfines lo mismo, ¿Tiene cedula? ¿Y ahora qué hago? Este polvazo no lo puedo dejar ir, pensé. De pronto recordé unas residencias que quedan pasando la avenida 19, hacia el sur, allí no alquilan habitaciones para hacer ratos, pero si uno les paga bien, no ponen problema. Enrumbamos para allá y efectivamente, no hubo inconveniente; alquilé una habitación en el segundo piso, que son las mejores y listos para empezar la faena.
     Mariana, como me dijo que se llamaba, me pregunto que si me gustaba la yerba, le dije que no. Pero le comenté que si quería fumar marihuana, yo no tenía problema, pero que lo hiciera en el baño, por que el olor me fastidia. Mientras se trababa, fui por toallas, jabón, condones, un ambientador y algo de tomar a la administración. Esparcí el ambientador por la habitación y coloqué el resto de las cosas en la mesita de noche. Cuando salió del baño, me preguntó que si había agua caliente, para ducharse, lo dije que sí. Se desnudo y pude apreciar su cuerpo. Piernas gruesas y nalgas naturales, pies y manos arreglados, pezones incipientes, cabello mediano, natural y sin tatuajes. Tuve que controlarme, porque estaba muy excitado y si no iba despacio, iba a eyacular muy pronto. Mientras se bañaba, decidí también ducharme; me desnudé y entré al baño. Le pregunte si tenía inconveniente en que nos bañáramos juntos, me dijo que adelante; yo tenia esa verga bien parada y ella al verme así, me lo empezó a mamar debajo de la ducha. Noté que también estaba bien erecta, un verga pequeña pero gruesa y bien negra. ¡Qué mamada! La detuve suavemente, porque ya me iba a venir; despacio, muy despacio, repetía en mi interior.
     Salimos del baño y para la cama. Allí nos besamos apasionadamente, le chupe las tetillas, gemía y me agarraba la cabeza con ambas manos. De un momento a otro resultamos en un 69 espectacular, luego de un buen rato, bajo la cabeza y me empezó un beso negro; alternaba: beso negro, mamada. Nuevamente, me toco decirle que parara. Yo estaba que me botaba, pero tenía que disfrutar esa belleza un buen rato. Ahora fui yo quien tomo la iniciativa, se lo mamé, la puse en cuatro y le chupé ese culo; tenía esas nalgas duras y me gritaba que no parara. Creo que si en ese momento la hubiese querido penetrar sin condón, ella no habría puesto problema, con la excitación tan tremenda que tenía. Pero no, por más arrecho que este, no culeo sin protección. Descansamos un rato, se volvió a trabar, le fascinaba la yerba, me dijo. Me puso el condón, se subió y cabalgó un buen rato, luego giró y se puso en cuatro, ahí le di por ese orto, hasta que ya no aguanté más, la puse en pollo asada nos besábamos, me pidió que cuando me fuera a venir, le avisara para ella también llegar. Cuando le avisé, apenas se alcanzó a masturbar y soltó un chorro que le llegó hasta la cara; en ese instante yo también eyaculé, con un estremecimiento el hijueputa, que orgasmo tan placentero, aun lo recuerdo.
     Permanecimos descansando arrunchados un buen rato, hasta que sentí hambre y recordé que estaba en ayunas. De la administración llamaron a Surtiaves de la 22 y pedí un pollo; comimos, Mariana se metió otro par de plones y yo me tomé una cerveza. Conversamos un rato de sus planes: era la primera vez que puteaba en el Santafé, normalmente iba a la primero de mayo, pero allí solo le iba bien en la noche de los fines de semana y no le gustaba trasnochar. Quería ponerse tetas, culo y viajar a Europa, así tuviera que trabajar todos los días de la semana; acababa de cumplir 18 y con la cédula, ya no la podía molestar la Policía. Me preguntó que si tenía afán, que si me podía quedar más tiempo, le conteste que yo no tenía nada que hacer ese día.
     Iniciamos nuevamente, no besamos muy cálidamente, esta vez fue ella quien tomo la iniciativa, me beso todo el cuerpo, las orejas, las tetillas, las güevas, el pene, me puso boca abajo y me acarició la espalda, yo sentía un escalofrío que me recorría todo el cuerpo, me chupo el culo y me metió la lengua. Luego se acostó encima de mí y me empezó a restregar su durísima verga en mis nalgas, hasta que me susurró al oído que si me lo dejaba meter, que deseaba comerse a un tipo fornido, porque hasta ahora solo había penetrado pelados flaquitos de su misma edad. En ese estado de excitación no me podía negar, solo le pedí que utilizara crema o algún tipo de lubricante. Saltó como un resorte y saco de su bolsito una crema de manos, se la untó en un dedo y me empezó a penetrar poco a poco, cuando se dio cuenta que me había dilatado lo suficiente, me colocó una almohada debajo de mis caderas, se puso un condón e intento penetrarme en pollo asado. Pero no pudo, no tenía la fuerza suficiente para levantar mis piernas y se notaba que tenía poca experiencia en el papel de activa. Le sugerí que intentáramos en cuatro, de esta forma pudo penetrarme un poco, no sin mucho esfuerzo; mientras tanto luego de tanta lucha, a mí se me había pasado la arrechera y no quería continuar; ella lo notó y me propuso que así no le pagara, me dejara comer. Estaba transformada, respiraba de forma agitada, tenía el cabello sobre la cara, desesperada por metérmelo bien, hasta que por fin pudo penetrarme por completo.
     Luego de unos minutos empecé a sentir placer y le pedí que lo hiciera más despacio que me estaba lastimando. Me hizo girar sin sacármelo y de nuevo me colocó la almohada debajo; me besaba, los labios, las tetillas, me masturbaba, hasta que explotó encima de mí, con unas sacudidas que me asustaron. Pude notar que tuvo un orgasmo prolongado, ya que sudaba y gemía sin pausa.
     Luego de un rato, se levantó para retirarse el preservativo, fue al baño se lavó y se recostó de nuevo; me pregunto que como quería botarme, le dije que la quería penetrar en cuatro, mirándola en el espejo. Me pidió que esperara un poco, se metió otros plones y empezamos. Le di en cuatro, frente al espejo mientras le acariciaba la verga, que ya se le estaba parando nuevamente; por momentos volteaba la cara y me daba besos. A través del espejo me di cuenta que ya estaba erecta nuevamente y se estaba masturbando; le di la vuelta y la penetré en misionero, mientras la besaba apasionadamente. Al poco tiempo me derramé y quedé exhausto encima de ella. Ya no daba más, ¡Qué fantástica tarde!
    Nos bañamos, nos vestimos y salimos. Ya era de noche, le pregunté donde vivía me dijo que en el Quiroga y me ofrecí a llevarla. Fuimos hasta el parqueadero, frente al Castillo y cogimos hacia el sur. Al llegar a su barrio, saqué la billetera y le ofrecí $100K. Quedó supercontenta con el pago y me preguntó que cuando nos volvíamos a ver, le respondí que el siguiente Domingo; nos despedimos de beso y salí para mi apartamento.
     El Domingo muy puntual estaba en el bar, pero Mariana no apareció. El siguiente tampoco. Como al mes decidí pasar un sábado en la noche por la primero de mayo; di unas vueltas con el carro, luego a pie, entré a un par de establecimientos donde vi varias travestis en la entrada pero nada, ni señales de ella. Tiempo después pasaba por el Santafé a mediodía y la vi parada en la esquina de la calle 20 con 16, solitaria, fumando marihuana. Detuve el carro y la invité a subir, inmediatamente me reconoció y me propuso que fuéramos a las residencias el Jaguar. Nos demoramos poco, porque yo tenía que ir a trabajar. Me contó que no me pudo cumplir las citas por que había tenido unos inconvenientes en la casa, pero que ya estaba todo solucionado y que se dedicaba a trabajar todos los días, en esa misma esquina, desde las 11 a.m. hasta las 7 p. m. Efectivamente, siempre que pasaba por allí la encontraba ubicada en el mismo lugar. Tuvimos sexo cantidad de veces, se realizó las cirugías que deseaba y viajó a Europa. La última vez que la vi fue en diciembre de 2019 en uno de los bares, recién llegada; estaba tomada, pero no obstante la invité a la habitación, la noté un poco pasadita de kilos, pero seguía culeando sabroso. Creo que vive actualmente en Barcelona. Marianita pasó de deliciosa femboy, a ser toda una voluptuosa transgénero. Me alegra mucho, cumplió sus deseos, con una tenacidad envidiable, porque no es fácil pararse a diario, durante un par de años, en una misma esquina, a esperar clientes.

           
 
Los siguientes 6 usuarios hicieron Me gusta la publicación de QuintoPiso:
  • , bedejed608, gbeltran, GuyNewton, LugoAristi, Sergius
Responder


Posibles temas similares...
Ultimo mensaje : 09-05-2024, 10:21 PM
Por: Danilovetrans
Ultimo mensaje : 08-12-2023, 01:02 PM
Por: Catadornegociante
Ultimo mensaje : 14-04-2022, 01:57 AM
Por: Andresperez1212
 Recomendaciones activa/versatil
Iniciado por vers05
10 6098
Ultimo mensaje : 10-11-2021, 05:19 PM
Por: Rastafari
 Alguna versátil/activa
Iniciado por Bogotano22
10 6098
Ultimo mensaje : 02-08-2021, 11:43 AM
Por: NeoDark
Ultimo mensaje : 19-01-2021, 02:12 PM
Por: Leoncatador
Ultimo mensaje : 11-01-2021, 05:08 PM
Por: Experto



Usuarios navegando en este tema:
1 invitado(s)


Derechos de Autor © 2018-2022 | NO copiar el contenido | SÍ compartir | SÍ linkear